PONTE EN LO ALTO

Por Salvador Montoya/Escritor
Cada época debe reinventar para sí misma su proyecto de “espiritualidad”.
Susan Sontag

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El pensador danés Kierkegaard se refería siempre a una anécdota que diserta del poder del cristianismo. Él decía que era como aquel ladrón que entra de noche a un mercado y no roba nada. Solo le cambia de precio a los productos. Y entonces por la mañana, la gente entra al establecimiento y compra joyas por una moneda, la mejor comida es obtenida por unos cuantos peniques. Es decir, te pones en lo alto cuando transformas los precios y los valores de tu conciencia y de tu cultura.
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El genuino cristianismo por ello siempre va a contracorriente. Siempre produce un cambio en quien eres. No te domestica, más bien te exige ser más salvaje, más disruptivo. En Venezuela la tradición profética de esta línea cristiana divergente nos pone en lo más alto. En los doscientos años de vida republicana este pensar y accionar cristiano estratégico ha sido muy productivo y de avanzada. Disertemos de ocho obras venezolanas que lo demuestran. Primero está el libro poderoso del redactor del Acta de Independencia de nuestro país Juan Germán Roscio, el pardo llanero, con su texto publicado en 1817: El Triunfo de la libertad sobre el despotismo1. En ese libro descomunal traduciendo la Vulgata Latina se propone como le dijo a Bolívar “a la táctica del desengaño de los criollos engañados por el enemigo2. Leer la Biblia te hace un líder independentista, esa es la enseñanza de Roscio. El libro de Roscio también fue libro de cabecera de Benito Juárez, el gran genio político mexicano. Casi cuarenta años después tenemos al filósofo caraqueño Ramón Ramírez editando su libro El cristianismo y la libertad3, en 1855, donde afirma con rigor disruptivo: “Antes de entrar en posesión de la excelsa dignidad del hombre, es necesaria dejar contestadas estas preguntas: ¿Qué cosa soy yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?”4. Esas son las preguntas del genuino cristianismo y todavía necesitan ser contestadas por cada generación.
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Para 1907 edita el gran orador oriental, filósofo políglota y autodidacta Marco Antonio Saluzzo5 su libro Esbozos y versiones6 y plantea allí al hablar de su mentor, el inmenso Estanislao Rendón, que éste buscaba en su lucha y en su pensamiento (y Saluzzo abraza esa posición) que: “aspira para Venezuela la República Cristiana basada en el Derecho, la justicia, la libertad y la paz7 y por tanto el liberalismo de Saluzzo tiene “un fundamento espiritual y cristiano8. En 1949, el escritor Arturo Uslar Pietri publica su tercer libro de cuentos titulado: Treinta hombres y sus sombras. Y uno de esos cuentos se llama: Los herejes9. Y tiene que ver con una venganza religiosa: la víctima es la hija de un pastor protestante asesinada por una turba católica enardecida, ya que el pastor oraba por los desamparados y pobres de la sociedad. Cuarenta años después el intelectual Arturo Uslar Pietri confiesa los orígenes de esa narración al decir: “Los Herejes: fue una experiencia mía. Cuando yo era muchacho en Maracay-yo tendría diez o doce años- se estableció uno de estos misioneros evangélicos y se le ocurrió poner una capillita evangélica, un ranchito en las afueras de Maracay que entonces era una aldea de seis mil habitantes. Eso fue un escándalo. El cura todos los domingos en la misa decía unos sermones savonoralescos contra aquella especie de amenaza, de perdición, contra aquella gente que traía mal, contra aquellos herejes que se habían instalado allí. Y eso llegó al extremo de que una noche, una tarde, el cura organizó una especie de procesión-yo participé en ella- en que fuimos todos allá materialmente a injuriar a toda esa gente. Naturalmente, no pasó lo que pasa en el cuento; pero era una experiencia viva aquella de aquel día10. Uslar Pietri nació en 1906 y la experiencia religiosa que cuenta se pudo dar entre 1916-1918, época en que su padre era el Jefe Civil de Cagua, era presidente de Venezuela el dictador Gómez11. Ya en ese tiempo los protestantes o evangélicos “éramos gente que traía el mal” porque éramos herejes por estar en contra de la miseria, en contra de las enfermedades y en contra de las pobrezas.
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Ahora bien, para el año de 1975 el narrador venezolano Eduardo Liendo publica su novela Los topos que nos lleva a contemplar la vida de los jóvenes guerrilleros de los sesenta con sus luces y sombras. Pero en una de las escenas cuando se van a escapar de Tacarigua, Liendo nos asombra con esta perla: “Los hombres han sido divididos en grupos de seis que saldrán del túnel con intervalos de diez minutos. El primero en recorrerlo y salir del otro lado de la cerca será Neptalí, un hombre de la sierra coriana. Por su familiaridad con la montaña se le juzga apto para ser guía de su grupo, la zona que rodea el fortín es un barranco lleno de matorrales que deben recorrer antes de llegar a la vieja La Guaira. Además, Neptalí, audaz como la mayoría de los hombres de la sierra, posee una formación política superior a la del resto de sus paisanos. Sus ideas son una mezcla extraña, es marxista y pastor evangélico al mismo tiempo12. Y Neptalí fue el único que se pudo escapar. En otras palabras, los protestantes no sólo tienen un culto particular sino que asumen los desafíos de su sociedad. Ahora somos “una mezcla extraña” (no más herejes) que busca libertad e igualdad para su pueblo.
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Ahora bien, en 1976, un profeta protestante de actividad intelectual fecunda publica un libro extraordinario con un valor incalculable por sus destrezas geopolíticas de la Guerra Fría y su visión internacional. El profeta venezolano se llamó Humberto Fermín Cova y su libro La Biblia y el fin del imperialismo: yanky-romano y ruso dialéctico13. Quien tiene claro la profecía tiene claro su cristiandad, y su geopolítica de desarrollo y de bienestar. Once años después, en 1987, el profesor de química y experto en gerencia y petróleo, fundador del partido ORA, el cristiano evangélico Godofredo Marín publica un libro bajo el título: La democracia basada en la Biblia. Allí plantea porque luego fue candidato a las elecciones presidenciales “las aplicaciones de esos fundamentos bíblicos en la fe de que nuestro pueblo tomará estas verdades como la única alternativa que nos queda para mantener este sistema de libertades y salir de la pobreza, el desempleo y la improductividad y las deudas agobiantes14. Son reflexiones que se conectan con lo expuesto por los anteriores y con Juan Germán Roscio. Ya entrando en la primera década del siglo XXI, el apóstol Raúl Ávila, que luego fundaría el partido político NUVIPA, publica en el año 2010, el texto titulado: Cuando los justos gobiernan. Con el corazón en el cielo y con los pies en la tierra. Allí afirma: “La vida de Daniel refleja uno de los ejemplos más claros de la gestión de un estadista que aprendió a establecer principios de gobierno que trascendieron sus días. Supo conjugar en cada acto de gobierno la sabiduría de lo alto con el pragmatismo requerido para administrar los asuntos del imperio babilónico. Esto nos demuestra que se puede ser un hombre celestial y al mismo tiempo gestionar con éxito los asuntos terrenales por medio de la sabiduría de Dios15. Gobernar con la mentalidad del cielo es gobernar para la justicia y para la excelencia.
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Así que, tenemos una rica tradición profética de avance y de disrupción para transformar los destinos de los precios y de los valores que forjan nuestra mentalidad de gobierno y los modelos que tomamos para regirnos como vida republicana. El Nuevo Testamento menciona dos veces la palabra patria. En Hebreos 11.13 se establece que todos los hombres buscan una patria. Pertenecer a una patria. Y Dios es el Dios de las patrias. Dios desea que tú vivas en una patria. Y en 1 de Pedro 1.1 se establece que Dios está pendiente de los que están lejos de su patria, de los expatriados. Dios conoce los dilemas, dolores y quebrantos de los expatriados. Así que ponerse en lo alto no es abrazarse a un falso nacionalismo sino pensar y vivir la patria, desde adentro y desde afuera, más allá de los dogmatismos de derecha y de izquierda. Porque como decía Borges: “La patria somos todos” y como cantaba Alí Primera: “La patria es el hombre”. Y el genuino cristianismo es disruptivo con la patria y con los modelos de gobierno. Vamos ponte en lo alto.
NOTAS
1.     Juan Germán Roscio, El triunfo de la libertad sobre el despotismo, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1996
2.     Adolfo Rodríguez, Juan Germán Roscio: El máximo constituyentista venezolano, Villa de Cura, Editorial Miranda, 2011, pp.46-47
3.     Ramón Ramírez, El cristianismo y la libertad (1855), Caracas, Monte Ávila Editores, 1991
4.     Ramón Ramírez, El cristianismo y la libertad (1855), Caracas, Monte Ávila Editores, 1991, p. 45
5.     David Ruiz Chataing, Historia Intelectual de Venezuela, Caracas, UPEL, 2011
6.     Marco Antonio Saluzzo, Esbozos y versiones, Caracas, Tipo. Herrera Yrigoyen & Ca., 1907
7.     David Ruiz Chataing, Ideas históricas y políticas de Marco Antonio Saluzzo, 2010. Disponible en: http://saber.ucv.ve/jspui/bitstream/123456789/6672/1/Diciplinas%20y%20Discursos%20David%20R%20Chataing%20.pdf [Consulta: 15 de diciembre de 2014]
8.     David Ruiz Chataing, Ideas históricas y políticas de Marco Antonio Saluzzo, 2010. Disponible en: http://saber.ucv.ve/jspui/bitstream/123456789/6672/1/Diciplinas%20y%20Discursos%20David%20R%20Chataing%20.pdf [Consulta: 15 de diciembre de 2014]
9.     Arturo Uslar Pietri, Treinta hombres con sus sombras, Los Herejes, Caracas, Editorial Losada, 1974, pp. 43-50
10.            Arturo Uslar Pietri, 33 cuentos, Caracas, PDVSA, 1986, p. XXI
11.            Rafael Arráiz Lucca, Arturo Uslar Pietri, Caracas, El Nacional, 2006, pp. 9-12
12.            Eduardo Liendo, Los Topos, Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1999, pp. 36-37
13.            Humberto Fermín Cova, La Biblia y el fin del imperialismo: yanky-romano y ruso dialéctico, 1976
14.            Godofredo Marín, La democracia basada en la Biblia, Caracas, Imprenta Universitaria de la UCV, 1987
15.            Guido Raúl Ávila, Cuando los justos gobiernan, Caracas, 2010

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