LA PASIÓN DE TÍO CONEJO

Por Salvador Montoya/Escritor

“Un estado que carece de poder en todos los demás aspectos, que no es una fuerza mayor en términos de poder tradicional, puede ejercer un enorme poder –bajo ciertas condiciones hasta decisivo- sobre naciones que tienen todos los atributos del poder a su disposición excepto uno, el petrolero”

Hans Morgenthau, Política entre las naciones, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano S. R. L., 1986, p. 151

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En ese país descubren petróleo y cambia por completo las dimensiones del dominio y del poder. Hay revoluciones, pasión mesiánica y alzamientos obreros. Pero al final triunfa una turba de hipócritas, una avalancha de gente sin escrúpulos. A este guión cinematográfico (nunca llevado a película), su autor, el genial Jean Paul Sartre, lo escribió en 1946 y le puso por título: El engranaje. El petróleo es engranaje de poder, es mentalidad de conquista. Por su parte, la serie televisiva noruega, transmitida desde 2015, ideada, en 2008, por el gran novelista de novela negra Jo Nesbo, Okkupert, narra cómo en un ejercicio de expiación colectiva, los electores noruegos votan al partido ecologista que, instalado en el gobierno, decide cerrar el grifo del petróleo y el gas. Y de esta manera saca los trapos sucios del país nórdico y todas las implicaciones del orden geopolítico petrolero. El petróleo está ocupado por corrupción, geoestrategia, guerras y sangre. En la novela Cenital, publicada en 2012, escrita por el español Emilio Bueso se nos muestra una historia distópica en una eco-aldea luego de llegar al peak-oil (es decir cuando empiece a faltar el combustible a base de petróleo). En tres voces narrativas Bueso nos invita a superar la barbarie depredadora de recursos que carcome la civilización. El petróleo exige la transformación de la mentalidad y del espíritu planetario.

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Venezuela en su siglo XX y XXI se escribe con petróleo. Desde el poder de las siete grandes hermanas, su impacto en la industria automovilística y en las dos guerras mundiales, el petróleo es pues el motor del mundo. Después fue que las naciones empezaron a tomar conciencia del poder petrolero. Así lo hizo Lázaro Cárdenas en México en 1938. Luego Arabia Saudí y su monarquía. Venezuela con su incipiente democracia representativa. Irán y el sueño de Mossadegh. Egipto y todas las implicaciones de la nacionalización del Canal de Suez. Enrico Mattei y la ENI en Italia. Entonces vino la creación de la OPEP en 1960 (promovido por el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo). Argelia también exige su control petrolero a Francia. Libia lo hace con Gadafi en 1971. Y también Irak con Hussein en 1972. En esa década tenemos las crisis del petróleo: la de 1973 y la de 1979. Por los años 80 la contracrisis (caen los precios del petróleo) y la guerra de Irak-Irán. Por los 90 y ya a comienzos del siglo XXI las dos guerras del Golfo. Así es la cartografía planetaria del poder petrolero a grandes pinceladas. Quien controla el petróleo decide el gobierno global. La geopolítica petrolera no es juego de niños, es el tablero de las grandes decisiones humanas. Es donde los grandes países determinan su destino y su progreso y su dominio.

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Ahora bien, en su significado más elemental la pulsión de Tío Conejo es la astucia para ganarle al más fuerte. Esa es la pasión de Tío Conejo: su astucia. Por ello, un país con petróleo no ganará su batalla geopolítica por la fuerza de las armas militares sino por la geoestrategia aplicada en sus políticas. El genio geopolitólogo holandés-norteamericano Nicholas Spykman, en su libro clásico de 1942, America’s Strategy in World Politics [La Estrategia de Estados Unidos en la Política Mundial] definió que para la seguridad de Estados Unidos, su mar mediterráneo era el Golfo de México y el Mar Caribe y por tanto: “United States holds a position of  unquestioned…supremacy… la supremacía de los Estados Unidos no puede ser cuestionada…United States holds the keys…sus llaves pertenecen a los Estados Unidos…For Mexico, Colombia, and Venezuela this means a position of absolute dependence on the United States…y significa que para México, Colombia y Venezuela tendrán una posición de absoluta dependencia de los Estados Unidos” (Nicholas Spykman, America’s Strategy in World Politics (1942), New Jersey, Transction Publishers, 2008, p. 60/La traducción es mía). El vecino coloso plantea allí su real politik, sin cortapisas ni juegos retóricos. Entonces, ¿qué hacer?

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En diciembre de 1975 ocurre en la sede de la OPEP en Viena el secuestro de las delegaciones petroleras por parte de un grupo terrorista pro liberación árabe dirigido por el venezolano Carlos Ilich Ramírez, mejor conocido como El Chacal. Entre los ministros estaba el apureño Valentín Hernández Acosta, representando a Venezuela. Los rehenes fueron liberados en Argelia. Y cuenta el ministro Hernández Acosta que el grupo de rehenes lo designó unánimemente como negociador con los secuestradores, ya que él como Carlos eran ambos venezolanos y podían entenderse en castellano. Durante dichas negociaciones, Carlos le habría revelado que, en caso de la operación fallase, la primera víctima hubiese sido el mismo Hernández. La negociación del petróleo decide la vida y la muerte de las naciones. Por tanto, la pasión de Tío Conejo está en la defensa de nuestras cuatro fachadas geopolíticas: la caribeña, la amazónica, la andina y la atlántica. Desconocerlas es perdernos. Desconocerlas es morir sin luchar. Como la startup fundada por el arquitecto venezolano Igor Collazos llamada TioConejo.net dedicada a desarrollar un algoritmo capaz de analizar grandes volúmenes de texto en muy corto tiempo (Javier Martin, Entrevistamos a los fundadores de la startup venezolana TioConejo.net, 2017. Disponible en: https://loogic.com/tioconejo/ [Consulta: 14 de febrero de 2019]). Es decir, TioConejo.net es capaz de analizar lo discursos en web y de allí generar reportes de sentimientos y tendencias y para ello utiliza herramientas de inteligencia artificial como la machine learning, además su API (interfaz de programaciones de aplicaciones) puede ser utilizada en muchas más maneras de análisis predictivos. Es otras palabras, TioConejo.net es todo un ingenio de Big Data, Inteligencia Artificial y Web Semántica. Y esa es la jugada maestra de la pasión de Tío Conejo: la habilidad para generar comunicación estratégica, influencia geopolítica y desarrollo de alto nivel. Por tanto, la pasión de Tío Conejo es forjar un desarrollo político, social, económico y cultural de Venezuela donde el petróleo no sólo sea siembra como pregonaba Arturo Uslar Pietri sino sea la pieza clave del jaque mate en el ajedrez contemporáneo.