POR QUÉ NECESITAMOS MÁS MUJERES LÍDERES

POR QUÉ NECESITAMOS MÁS MUJERES LÍDERES

Por Salvador Montoya/Escritor

Email: salvadormontoya86@gmail.com

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Vengo de una tradición universal de mi ciudad natal. Esta tradición tiene sus raíces en María de los Ángeles, una hermana indígena, una mujer cacique, que enfrentó la opresión colonial española aquí en Calabozo en 1784-1785. Nunca fue derrotada con su ejército compuesto por indígenas subversivos. De hecho, capturaba indígenas y esclavos del pueblo de Calabozo y los liberaba en su propia tierra. Pronunció discursos en contra de la opresión colonial. Estableció a su hijo como juez de ese pueblo porque ella no era una rebelde más: luchó por la libertad y por la justicia. Este es el tipo de feminismo que nos gusta mucho. Por eso necesitamos más mujeres líderes, que sigan el ejemplo y el espíritu de María de los Ángeles.

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Ahora bien, el ser mujer, esa condición maravillosa de vida, tiene por lo menos tres ventajas insuperables. Primera ventaja: la ventaja antropológica. La mujer es el centro del principio antrópico. Si el universo está hecho para que el hombre lo observe y lo descifre. El centro de esa aventura existencial es la mujer. Por tanto, toda su intuición natural y esencial que la acompaña es variable inédita y vital que con formación y coraje nos pueden llevar por el rumbo de los destinos más justos. Por tanto, todo gobierno opresivo a quien más violenta y destruye primeramente es a la identidad femenina. Segunda ventaja: la ventaja mitológica. Al decir de Campbell y de Jung: todo mito es una metáfora. Al rastrear la imagen de la mujer en los principales mitos del planeta podríamos ver una "constante de poder": la mujer construye mundos o los aniquila. En La Ilíada todas estas diosas ayudan a los guerreros. Incluso la guerra se da por el rapto de una mujer. No es un contenido romántico. Es un contenido mitológico: no hay guerra sin que medie el ser femenino. En la saga del Rey Arturo, Ginebra y su affaire con Lancelot determina el fin de un reino. No es contenido sentimental. Es un contenido mitológico: todo poder político se sustenta con el poder femenino. Nuestra novela ícono Doña Bárbara: la barbarie en una cultura se evidencia en la condición femenina. Tercera ventaja: la ventaja heterotópica. Las heterotopías, al decir de Foucault, son confluencias de espacios que crean "espacios otros". En esa heterotopía primigenia llamada Edén cuando la pareja humana desobedece, la voz divina da un dictamen a la mujer para vencer a su enemigo la serpiente en Génesis 3.15: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar". La mujer porta la simiente que vence el mal. En otras palabras, vencer al mal se logra bajo una heterotopía femenina. Por tanto, liderar, gobernar, influir requiere más mujeres instruidas y formadas, con arrojo y con pasión que asuman su rol familiar, profesional e histórico sin prejuicios y sin prepotencias.

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Manuela Sanz encarnó de alguna manera una feminidad de alto riesgo para su época. Inclusive llegó a participar en batallas militares (aún en contra de las decisiones del Libertador Bolívar). Sanz llegó a escribir: "Jamás me harán ni vacilar ni temer". Esa frase sintetiza las razones por las cuales necesitamos más mujeres líderes: para que en todo el bien que podamos hacer ni nadie vacile ni nadie tema ante ninguna adversidad o desafío.

Calabozo, Enero 2023