LOS LÍDERES DE LAS REVOLUCIONES CELESTIALES
Por
Salvador Montoya/Escritor
Para Matías, que viene en camino
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia,
y los violentos lo arrebatan.
Mateo
11.12
1
Cada
generación histórica se desafía con las revoluciones celestiales. La llegada del hombre a la luna
sigue siendo un hecho polémico pero cierto. Este arribo humano tiene una huella
especial en nuestra historia civilizatoria. Produce asombro y produce a la vez
temeridad. Sin embargo, para que este hecho impactante tuviese lugar se precisó
el trabajo de muchas “computadoras
humanas”. Así se les llamaba a estas mujeres negras que laboraban para la
NASA y debido a que los científicos desconfiaban un poco de las computadoras,
delegaron en féminas de alto nivel de estudio la responsabilidad de convertir y
traducir en números y datos verificables los proyectos cosmonautas. Pero
estamos en una época de plena segregación racial. Estas mujeres negras estaban
recluidas en unos lugares-afuera, apartadas de los hombres y además aisladas en
cierto sentido social. No obstante, ellas determinaron ver en el espacio
celestial, con sus ecuaciones y resultados aritméticos, la estructura de las
revoluciones cósmicas. Así lo hizo Katherine
Johnson, la primera afroamericana que junto a un par de colegas, con tales
cálculos, John Glenn, fue el primer astronauta norteamericano que logró hacer
una órbita completa de la Tierra. Porque quien
activa la conciencia del saber, la conciencia del espíritu produce revoluciones
celestiales.
2
Jesús
de Nazaret
estableció que las revoluciones celestiales impactan a los hombres y los
transforman: “el
reino de los cielos (la estructura) sufre violencia (revoluciones)”. Y quien conoce la estructura de las revoluciones celestiales a donde
llega trastorna sistemas y configura el gobierno de mentes lúcidas. Ejerce
el liderazgo de las revoluciones celestiales. El astrónomo polaco Nicolás Copérnico en su extraordinario
libro Las revoluciones de las esferas
celestes de 1543 trastocó los
sistemas de conocimiento al demostrar que la tierra giraba alrededor del sol.
Así que Copérnico con una serie de pruebas matemáticas y de tablas astronómicas
evidenció cómo la tierra mantiene su órbita alrededor de un astro mayor: el
sol. Copérnico sabía que estas esferas celestes sostienen su existencia y su
movimiento porque no se salen de su órbita. Y allí está el primer código de los líderes de las revoluciones celestiales:
no te salgas de la órbita de tu
propósito, de la órbita de tu visión, de la órbita de tus proyectos, de la
órbita de tus sueños. Habrá personas que te propondrán muchas buenas cosas
pero tú dedícate a tu pasión, a lo que va ligado al fuego de tu espíritu. Has
conexiones estratégicas pero no te salgas de tu órbita.
En
1962 el investigador norteamericano Thomas
Kuhn publicó el texto cismático La
estructura de las revoluciones científicas y allí revela que toda
transformación de vida se produce por un cambio de paradigma. En otras
palabras: todas las revoluciones científicas se logran por la renovación del
paradigma. Kuhn no tiene medias tintas: si quieres vivir en lo extraordinario
precisas cambios mentales, cambios internos profundos. Y allí está el segundo
código de los líderes de las
revoluciones celestiales: actúan con
el cambio de paradigma. Tienes que decidirte de qué lado estás: ¿del lado de
los innovadores o del lado de los domesticados? ¿Del lado de los fanáticos de
la tradición o del lado de los creativos del espíritu? Nada se transforma
si primero no se cambia la manera de pensar, y así cambia la manera de actuar.
Piensa y actúa con las revoluciones celestiales. Por ello precisas formarte una
mente y espíritu de poder, con los paradigmas genuinos. Forma a tu equipo,
forma a los integrantes de tu empresa, de tu iglesia y de tu organización. Así actuó
Lutero, así actuó Luther King Jr., así actuó Gandhi.
El
futurista Alvin Toffler estableció
en su libro, editado en 2006, La
revolución de la riqueza, que la nueva economía en la era de la
información, la nueva producción de la riqueza depende de cómo organizas el
poder de tu conocimiento y el poder de tu tiempo. Toffler afirma cosas muy
polémicas en cuanto a lo privado y lo público, en cuanto a la producción a gran
escala de los bienes y de los servicios. Pero en lo siguiente está lúcido y
certero: la revolución de la riqueza es
una revolución de la mentalidad. Y allí está el tercer código de los líderes de las revoluciones
celestiales: te hace un productor de riqueza. Toda revolución celestial
renueva los centros de producción de riqueza, rompe la infertilidad en las
mentes y en los corazones y en las naciones y en los pueblos. Los líderes de
las revoluciones celestiales se hacen grandes enriqueciendo a las multitudes,
destraba la miseria, la ruina y las pobrezas. Proveen herramientas, ideas,
luces para prosperar en todo emprendimiento.
3
Hipatia
(355-415d.C.) fue
una mujer con una revolución celestial única: filósofa, matemática y astrónoma
extraordinaria, proyectó reformas de poder para su tiempo inigualables. Discípulos
suyos fueron muchos de los líderes religiosos y los futuros gobernantes de su
tiempo. Cuando las mujeres no les eran permitido estudiar o prepararse, ella
decidió estremecer las estructuras de su tiempo proveyendo saberes e inventos
para la mejor vida. No obstante, la religiosidad, el fanatismo, la envidia y
las ambiciones llevaron a que sus enemigos (aquellos “cristianos” que se habían
aliado al poder imperial) la consideraran una amenaza para sus intereses. Y entonces
contrataron hombres sanguinarios y azuzaron a las turbas fanáticas y asesinaron
a Hipatia, la desmembraron y luego quemaron sus restos. Se cree que entre los
que estaban de acuerdo con su muerte (un obispo de la cristiandad) había sido
su alumno. Es decir, ella formó la mente con el espíritu de la sabiduría pero
luego estos discípulos no siguieron la revolución celestial y optaron por la
violencia y la mortandad. Porque para ser
líderes de las revoluciones celestiales se requiere despojarse de todas las
clases de malignidades y mezquindades y abrazar los nuevos saberes y los nuevos
destinos.
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