SEAMOS PERSONAS DE IMPACTO
-Cómo
la poesía venezolana construye futuros influyentes-
Por
Salvador Montoya/Escritor
Para
Matías, que viene en camino
1
Cuenta el genio poético nuestro Vicente Gerbasi: “Recuerdo en estos momentos una anécdota del Lejano Oriente, la del
maestro al que le preguntó un joven: "Maestro, ¿qué es poesía?". Él
le contestó: "Si yo tomo una mariposa y le quito las alas ¿eso es poesía?,
o si yo tomo un gusano y le pongo alas, ¿eso es poesía?". El joven le
responde: "Yo prefiero tomar el gusano y ponerle alas y hacer
poesía". Esto me parece que sí es creación. El poeta es el que está
obligado a crear más maravillas y la poesía debe expresar al ser humano, pero
con belleza y con una mesura del lenguaje, que no tenga de la usura que habla
Jorge Luis Borges, sino que simplemente sea un lenguaje que recoja el valor
mágico del hombre primario, del hombre primitivo” (Carlos Ochoa, Reynaldo
Pérez Só y Adhely Rivero, Conversación
con Vicente Gerbasi, 1985. Disponible en:http://www.vicentegerbasi.net/entrevistas/conversaciones.htm
[Consulta: 26/05/2019]). Por tanto, la poesía venezolana nos puede convertir en
personas de impacto porque descubre las potencialidades positivas del ser
humano y las expande.
Contaba también uno de nuestros grandes poetas
venezolanos Eugenio Montejo que: “Hay un místico venezolano llamado Juan Félix
Sánchez quien vivía en una montaña y que ya murió. Fue descubierto en sus
últimos tiempos y cuando eso ocurrió, fue un suceso en Venezuela; ahora
es una figura determinante. Bien. Félix Sánchez se dio a la tarea de
construir en un alto páramo casi inaccesible y al que se llega después de un
viaje en mula de ocho horas, una capilla enorme. La hizo piedra a piedra y
talló a mano todos sus santos. Cuando Félix Sánchez habló de su capilla, de
cómo la construyó, de cómo eligió piedra por piedra, dijo: “A veces
vienen personas y no encuentran las piedras demasiado derechas; yo
las podría colocar como a ellas les gusta, pero éste es el sentido que
prefiero, porque es más profundo. Será que no saben ver. Hay, y a mí que me
gusta lo feo”. Es decir, hay que mirar la belleza en otra órbita de
profundidad. No voy a decir la pretensión de que yo pueda mirar el mundo con
toda la fuerza de Juan Félix Sánchez, pero digo que esto se encuentra en
sintonía con lo que el poeta trabaja. En la cotidianidad y sus objetos hay
belleza” (Claudia Posadas, Eugenio
Montejo: Hacia una poesía de la gracia, 2001. Disponible en: http://www.letras.mysite.com/em110608.html
[Consulta: 26/05/2019]). Así que, la poesía venezolana nos puede convertir en
personas de impacto porque transforma las estructuras con qué pensamos y
vivimos nuestro mundo interno y externo.
2
Para ser personas de impacto tomemos pues como
referencia ocho estaciones históricas de la poesía venezolana y apliquemos sus
principios a nuestro quehacer de vida como nación y cultura y de esa forma
construir poderosos futuros influyentes. El siglo XX venezolano luego del cenit
del modernismo alza su estrella la
generación de 1918 (Enriqueta Arvelo Larriva, Fernando Paz Castillo, Andrés
Eloy Blanco, José Antonio Ramos Sucre, entre muchos otros). Porque toda persona
de impacto demuestra densidad existencial en sus registros comunicativos y de
búsqueda auténtica. Después llegará La Vanguardia (Pablo Rojas Guardia, Carlos Augusto León, Miguel
Otero Silva, entre muchos otros) con aquel libro poético profundo y directo de
Antonio Arráiz de 1924: Áspero. Porque
toda
persona de impacto rompe sistemas de opresión personales, históricos y
políticos.
Seguirá la estela luminosa del grupo Viernes
(Pascual Venegas Filardo, José Ramón Heredia, entre muchos otros) en torno a la figura mágica de Vicente
Gerbasi desde 1936, quien bebió de fuentes exógenas como Rilke su ansiedad
poética. Porque toda persona de impacto se enriquece conectándose con savias de poder y
de sabiduría. Siete años luego y reaccionando contra los postulados de Viernes arriba la generación de 1942 (Juan Liscano, Luz Machado, Aquiles Nazoa,
Ida Gramcko, entre muchos otros). Porque toda persona de impacto mejora su navegación
compartiendo la brújula de otros horizontes.
La siguiente estación la establece el magma
creativo de la generación de los sesenta
(Rafael Cadenas, Juan Calzadilla, Ramón Palomares, Eugenio Montejo, entre
muchos otros) expuesta en tres grandes conglomerados: Sardio, El Techo de la
Ballena y Tabla Redonda. Porque toda
persona de impacto genera revoluciones por sus preguntas, por sus inquisiciones.
De esos fuegos maravillosos y controversiales emergen la década próxima los herederos de los sesenta (Hanni
Ossott, Luis Alberto Crespo, Eli Galindo, entre muchos otros) de esas luces con
sus propias inventivas. Porque toda persona de impacto aviva la geografía
de sus soledades. Ya por los años setenta llegan los talleres literarios y se forja allí una diversidad de voces
poéticas. De esas canteras partirán los integrantes de dos agrupaciones poéticas
importantes: Tráfico y Guaire (Igor Barreto, Armando Rojas
Guardia, Leonardo Padrón, entre muchos otros). Ellos producirán obras de poesía conversacional y más atada a lo
terrenal, a lo sencillo (nada totalmente nuevo). Porque toda persona de impacto
enseña a otras personas a ser de impacto.
3
Afirma el científico Thomas Kuhn en su libro clásico La estructura de las revoluciones
científicas que cada generación con sus principales pensadores busca
con ahínco superar cualquier paradigma que lo estanca. Y por su parte, el otro
científico Jared Diamond afirma en
su libro polémico Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen
que una sociedad colapsa cuando los dirigentes de ella carecen de las respuestas
efectivas a sus próximos desafíos. Por consiguiente, toda persona de impacto lee y
aprende en la poesía el paradigma que produce futuros influyentes.
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