LOS CÓDIGOS QUE ROMPEN EL MOLDE
Por Salvador Montoya/Escritor*
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Al decir del
economista neoliberal venezolano Moisés
Naím vivimos en una época donde muchos líderes y naciones sufren de “necrofilia
ideológica” (Moisés Naím, Repensando el
mundo, Cyngular Asesoría, Caracas, 2016, p. 105), en otras palabras: amor
por las ideas muertas, ideas que fueron ejecutadas y resultaron ineficientes,
improductivas. Por ello, un genuino liderazgo fomenta la generación de ideas
frescas para lograr obtener resultados extraordinarios. Así que, quien quiera
acceder a esa dimensión de grandeza aplica los códigos que rompen el molde los
cuales se han puesto por práctica a lo largo y ancho de la historia humana.
2
Dichos códigos
tienen una vasta manifestación en las artes y en las ciencias, desde la
gastronomía al ocio creativo. En la música contemporánea también somos
influenciados por esos códigos. Por ejemplo, León Larregui, el cantautor mexicano, vocalista principal de la
banda de rock Zoé, en su segundo
disco solista Voluma (2016), hace un
registro de un alma sincerada ante sus amores. Con un sonido marítimo, de
añejas distancias anímicas en olas y cascadas y recurrencias al bolero, al
britpop, al funk, a la ranchera y sintetizadores a lo francés nos cautiva con
su lucha contra los demonios que quieren ahogarlo en la soledad, la melancolía
y la anomia. Allí está planteado el primer código que rompe el molde: genera
diversidad de respuestas a los desafíos que te rodean. Esos desafíos
son las 5 experiencias originales y cumbres de la vida humana, aquellas que el
filósofo español Miguel García Baró
afirma en su libro De estética y mística:
“Todas las grandes experiencias
originales de la vida humana (la religiosa y la moral, la estética y la lógica,
la interpersonal gozosa y dolorosa) se generan a partir de una como matriz
común” (Miguel García Baró, De
estética y mística, Salamanca, Editorial Sígueme, p. 18): experiencia
moral, experiencia religiosa, experiencia del dolor y la muerte, experiencia de
la belleza y experiencia de la comunión. ¿Cuáles son las respuestas, entonces,
de Larregui a este conjunto de experiencias cumbres? Su Voluma puntualiza la creatividad, la innovación, el sentido de propósito,
la dirección del corazón al buscar un amor, un hogar. Romper el molde elabora
nuevos lenguajes.
3
El teólogo
brasileño Leonardo Boff sostiene
que: “Puede haber momentos de absoluta
gratuidad en los que el hombre no se interroga: sabe que Dios actuó en su vida…Pueden
acontecer momentos así en la vida de un hombre. Tal vez después de un largo
proceso catártico; después de penosas crisis; quizás en el corazón de una vida
alienada y pecaminosa. Dios puede surgir no sólo como pregunta o como respuesta
al cuestionamiento inquieto del corazón, sino como diafanidad y evidencia”
(Citado por Armando Rojas Guardia, Obra
Poética, Mérida, Ediciones El otro el mismo, 2004, p. 73). El surgimiento
de lo Divino ocurre: al buscar liberación de males internos y externos, al
surgir de momentos cismáticos en la existencia, al tocar el fondo de una
existencia baldía y confusa. Todas esas angustias y batallas nos son
presentadas pero con humor y honestidad por la banda venezolana de trippy pop Rawayana, radicada en Miami. En su
último disco titulado Trippy Caribbean
Beto (vocalista principal de Rawayana)
nos revela el segundo código que rompe el molde: decide por lo auténtico.
Por ello, en la canción High acompañados
por Apache, rapero venezolano, exponen su ars:
“Como en el arte lo hacía Dalí”. Lo
auténtico sacudido en ritmos caribeños, para bailar, para gozar y pasarla
chévere. En las letras y en los sonidos del disco en reggae, en bolero, en pop,
declaran una y otra vez la búsqueda de lo auténtico. Porque romper el molde
precisa un despojo de amarguras, de soberbias, de envidias y una investidura de
amor, fiesta y celebración.
4
Testifica
con devoción el cantautor argentino Jorge
Fandermole en su clásica canción Oración
del remanso la verdad que rompe sus moldes: “Cristo de las redes, no nos abandones y en los espineles déjanos tus
dones”. Así de sencillo: genera respuestas y decide por lo auténtico. Ya
decía Epicteto: “La verdad triunfa por sí misma, la mentira
necesita siempre complicidad”. Todos los dones de lo Divino están dentro de
nosotros sólo hagamos que permanezcan y estén vivos en nosotros en canciones, en
fiestas, en las maneras de liderar. De tal manera que amemos al Dios vivo en un
corazón y en un mundo vivo.
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