LOS IMPACTOS DE UN MERCADER DE PERLAS


Por Salvador Montoya/Escritor
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Mateo 13.45-46

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Sabemos que desde la antigüedad el negocio de las perlas era un negocio escaso y muy costoso y sólo algunas personas podían adquirirlas. De hecho el escritor Plinio afirmó que el negocio de las perlas era un elemento de lujo y de prestigio que ocupaba el puesto “más elevado de todas las cosas preciosas” (Plinio, Historia Natural, Madrid, Libro IX, p. 211). Afirma el historiador Alfredo Bueno Jiménez que: “la perla fue una de las joyas más cotizadas a lo largo de la historia, especialmente cuando exhibía buen oriente —brillo especial que les da un gran valor— y una forma regular” (Alfredo Bueno Jiménez, La “granjería de las perlas” en el Nuevo Mundo, Cuadernos Americanos, 2012, pp. 83-111. Disponible en: https://www.academia.edu/14388294/La_granjer%C3%ADa_de_las_perlas_en_el_Nuevo_Mundo [Consulta: 01/08/2019]). Las perlas eran usadas por la nobleza, junto con otras joyas y gemas, principalmente para ceremonias muy importantes de carácter público, y de esta manera, los reyes, los emperadores y sus cónyuges llevaban costosos collares, anillos y aretes de perlas en eventos oficiales y de gran expectativa popular, como también en sus bodas y en sus funerales. Porque un mercader de perlas representa en su carácter a la realeza. Es el rostro de su personalidad y la marca de su acción.
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La isla de Cubagua ubicada en Venezuela se convirtió al principio de la época colonial en el paradigma perlífero por excelencia en América porque en sus aguas se hallaban gran cantidad de ostras a escasa profundidad. Sin embargo, esta explotación perlífera fue atroz y cruel sobre los indígenas quienes se zambullían para obtener las gemas y cientos de miles murieron ahogados, destrozados por tiburones o reventados sus cuerpos. Demuestra el investigador Isaías Covarrubias Marquina que: “Esta pequeña isla (de 24 Km. cuadrados) poseía ricos yacimientos de perlas, en torno a cuya explotación se inició el primer asentamiento español en Venezuela…Por lo menos desde 1510 ya es un pequeño caserío, adquiriendo una dinámica económica y social propia, regido en lo político y administrativo por la Corona Española…El auge económico, con base en la explotación de las perlas, significó que se convirtiera en Villa en 1526 y en 1528 una cédula real le otorga el rango de ciudad, con el nombre de Nueva Cádiz, la primera ciudad de Venezuela. Política y administrativamente Nueva Cádiz fue gobernada por alcaldes mayores, nombrados por la Real Audiencia de Santo Domingo. Posteriormente, fueron elegidos por sus propios habitantes y por un cabildo de 17 regidores nombrados por la Corona. En los hechos, un grupo de comerciantes conocido como los “señores de canoa”, que controlaban la pesquería de perlas, tuvieron una enorme influencia económica y política sobre la isla. En su apogeo, Nueva Cádiz llegó a contar con unos 1.000 habitantes” (Isaías Covarrubias Marquina, Una lección de economía sobre la explotación de las perlas en Cubagua en el siglo XVI, 2015. Disponible en: http://covarrubias.eumed.net/una-leccion-de-economia-sobre-la-explotacion-de-las-perlas-en-cubagua-en-el-siglo-xvi/ [Consulta: 01/08/2019]). No obstante, la sobreexplotación del negocio perlífero produjo junto con otras irregularidades fiscales y el alto desabastecimiento de agua, alimentos y leña la emigración, el despoblamiento y la debacle financiera terminando la naturaleza a Cubagua al ponerle punto final (quedando en ruinas) con un maremoto en el año de 1541. Porque un mercader de perlas representa un sistema de riqueza que está siempre en expansión.
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Ahora bien, quien transforma por completo el negocio de las perlas en el mundo es el japonés Kokichi Mikimoto pues él a finales del siglo XIX logra cultivar exitosamente la primera perla del mundo. Es decir ya no habría que buscar perlas o descubrirlas. Ahora se podían cultivar en sitios especiales. Así que Mikimoto con sus técnicas y estética más el arte y el diseño de joyería europeo expandió su negocio llevando las perlas a la disposición de todas las mujeres del mundo. Hoy en día son muchas las corporaciones que cultivan perlas y tienes sus sucursales alrededor del mundo para venderlas pues las perlas naturales o cultivadas de acuerdo a los expertos por su naturaleza no tienen diferencia. No obstante, afirma el biólogo Eduardo Angulo: “El valor en dinero de cada perla natural, siempre un raro ejemplar, cuesta lo que dice el mercado según su tamaño, forma y brillo. Como ejemplo, y además de la época que vamos a tratar, finales del siglo XIX y principios del XX, el joyero francés Pierre Cartier compró en 1917 un edificio en la Quinta Avenida de Nueva York y lo pagó con un collar doble de perlas, que le había costado varios años reunir y que se valoró, en aquellos tiempos, en un millón de dólares” (Eduardo Angulo, El caso de las perlas cultivadas, 2015. Disponible en: https://culturacientifica.com/2015/05/25/el-caso-de-las-perlas-cultivadas/ [Consulta: 01/08/2019]). Porque un mercader de perlas representa el poder de la innovación, de transformar las esferas del poder.
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Con razón Jesús de Nazaret usa esta parábola del mercader de perlas. Es una imagen impactante, poderosa, arrolladora. Y uno se pregunta: ¿cuál es la mentalidad de un mercader de perlas? ¿cuál es la visión de un mercader de perlas? ¿a quién le vende perlas un mercader de perlas? ¿quiénes son sus clientes más permanentes? ¿cómo viste un mercader de perlas? ¿cuál es el lenguaje de un mercader de perlas? Jesús de Nazaret define que los hombres del Reino de Dios son mercaderes de perlas. Por tanto, sabemos que un mercader de perlas genera altos impactos en tres lugares de poder y de autoridad: genera impactos en el palacio, genera impactos en los sistemas de riqueza (bancos, inversiones, bolsa de valores) y genera impactos en los sitios de innovación. Un mercader de perlas genera impactos en el palacio porque su producto significa realeza, prestigio y distinción. Hoy más que nunca es necesario llevar a los lugares de máximo poder (y posicionarse allí) sabiduría para gobernar, para decidir con experticia y resolución. Todo palacio anda buscando mercaderes de perlas que le transfieran prestigio, excelencia y esplendor.
 Un mercader de perlas genera impactos en los sistemas de riqueza porque la naturaleza de su producto financia las megas construcciones y sustenta la economía. Hay que entrar en la banca, en las altas inversiones, en la bolsa de valores, en los grandes negocios. Allí se necesita un mercader de perlas: allí se necesita su mentalidad, su estrategia y su visión. Un mercader de perlas genera impactos en los sitios de innovación porque su producto requiere diversidad, innovación. Cada perla es única, sea natural o cultivada. De esa misma forma se precisa gente que aporte nuevos productos que sean las respuestas a las necesidades de la sociedad presente y futura. Eso es lo que representa Silicon Valley: un sitio de innovación. Eso deben ser las universidades y las start-ups de nuestros países. Un mercader de perlas está conectado con los innovadores y con los creativos del momento porque él define la mentalidad y la acción del presente y del futuro.

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