ESTABLECIENDO LA MENTALIDAD DE GOBIERNO

Por Salvador Montoya/Escritor
1
Dirigir una cultura, liderar una civilización requiere cultivarse en un modo de pensar para desarrollar los potenciales del ser humano en sabiduría y en justicia. A eso llamamos mentalidad de gobierno. Como aquel poema inmortal de Rafael Cadenas donde afirma: “Escoges el mejor vino, el que transporta la intensidad, el vino de los atentos” (Rafael Cadenas, Memorial, 1977). El mejor vino de una cultura es la mentalidad que guía sus proyectos y sus empresas. Desde la literatura venezolana contemporánea podemos nutrir nuestro espíritu democrático y cultural para gobernar con eficacia y eficiencia. Allí están lo mejor de nuestros ideales y de nuestras ideas.
2
Primero, Rodrigo Blanco Calderón, nacido en 1981, recrea en sus libros Una fila larga de hombres (2005), Los invencibles (2007) y su novela The night (2016) la audacia que es necesario abrigar para gobernar desde el carácter. En su cuento ganador Los golpes de la vida indaga sobre el interior de personajes abúlicos, distanciados pero que buscan desesperadamente encontrarse con la roca que les de fundamento vital a la existencia. Una cultura, un gobierno sin fundamentos es una sombra vana, segará vacío, ansiedades, corrupción. El carácter invencible es aquel apoyado en las virtudes del hombre cultivado por la sabiduría y la solidaridad.

3
Por ello, Salvador Fleján, nacido en 1966, proyecta en sus historias brutales, catastróficas y crudas (Intriga en el car wash, Miniaturas salvajes) la dimensión de gobernar desde el sentido de resolución. Fleján sin idealismos afirma: “A mí me interesa es que me cuenten historias donde pasan cosas, donde la gente se mueva, se meta en problemas y busque solucionarlos”. Porque quien se afirma en el sentido de resolución no se traba en victimismos, en un lenguaje de límites, del subdesarrollo sino que empuja su espíritu hacia la luz, hacia la vida, hacia la esperanza.
4
Por su parte, la escritora Enza García Arreaza, nacida en 1987, trenza sus relatos en una diversidad de registros: banales, mitológicos, torvos, líricos, fantásticos (Cállate poco a poco, El bosque de los abedules, Plegarias para un zorro) y así entrar a un perfil de gobernar desde una voluntad de fe. Ella misma asienta: “Y creo que la vida es así: un montón de registros se repelen, se buscan, se repiten bajo diversos velos…El filósofo está en capacidad de orientar a los demás, al igual que un escritor”. Ejercer una voluntad de fe es asumir nuestras derrotas y flaquezas pero jamás rendirnos. Hay una determinación que nos hace superar las pruebas de la existencia: dolor, escasez, guerra, desesperación, enfermedades, heridas, exclusión.
5

Tener una mentalidad de gobierno requiere despojarse de superficialidades, de un espíritu enclenque. Hay que asumir los desafíos de ser todo lo que podamos ser en nuestra generación. Nuestra literatura actual nos lo está exigiendo.

Comentarios

Entradas populares