REVELACIÓN, IMPLANTACIÓN Y ACELERACIÓN
REVELACIÓN, IMPLANTACIÓN Y ACELERACIÓN
Por Salvador Montoya. @soymontoyaoficial
Conocemos la historia de Enigma, aquella máquina que cifraba y descifraba códigos bélicos en la Segunda Guerra Mundial. Porque no hay posibilidad de avance y de conquista sin establecer y activar un sistema de revelación de códigos. Gracias al descubrimiento del cifrado por parte de los polacos, los Aliados pudieron vencer a los nazis al interceptar e interpretar los mensajes. Y así sucede en el mundo espiritual: la revelación trae la claridad de la dirección, de la batalla y de la victoria. Por eso, el reino de Dios se mueve a través de enigmas y de misterios. Se mueve a través de revelación. Y no de revelación de cosas sin sentido o de algo extremadamente complicado: sino la revelación de verdades que nos permitan crecer, avanzar y desarrollarnos. En este ahora estamos bajo una guerra cognitiva, la guerra de propaganda, la era de la posverdad (la desinformación). Nos quieren desinformados del mundo material y desinformados del mundo espiritual. Hablemos de tres proyectos de control masivo con impacto y consecuencias globales: el instituto Tavistock, la operación de vigilancia masiva y la iniciativa Minerva. ¿Qué significan estos proyectos de control masivo? Se hace a partir del uso de operaciones psicológicas, técnicas de manipulación de medios de comunicación, imposición de narrativas "científicas e históricas", adoctrinamiento de masas, domesticación del gusto popular, estados de somnolencia colectiva. La Escritura llama a estas situaciones que las personas están bajo un "espíritu de sueño", "espíritu de letargo", "espíritu de sueño profundo". Y dónde hay letargo o un dormir psíquico o espiritual se impide el leer o capturar la revelación. Así lo afirma Isaías 29.10-11:«Porque Jehová derramó sobre vosotros *espíritu de sueño*, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes. *Y os será toda visión como palabras de libro sellado*, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: *No puedo, porque está sellado*.»
Ahora bien, todos requerimos la palabra revelada, porque la palabra revelada mantiene el espíritu despierto. Por ello, la palabra revelada tiene tres fases de cambio:
1. REVELACIÓN
Es la palabra divina que te ordena y te posiciona en tu lugar correcto. Tomemos la figura de José, el marido de María. Él quiso dejar secretamente a María. Pero vino la revelación. Y cuando vino sobre él la revelación, José tomó su lugar como sacerdote. Jesús no podía nacer en orfandad: debía estar bajo un sacerdote que le diese protección. Es decir, con la revelación José entra en el sacerdocio de los despiertos. Con la revelación entras en tu sacerdocio. Y luego de ocupar su lugar de sacerdocio, vinieron los magos del oriente y le trajeron oro, incienso y mirra. Solo después que ocupó el lugar del sacerdocio vino la provisión. Y José entró a la mayordomía. Tu sacerdocio te habilita a la mayordomía. Y esa mayordomía lo llevó a Egipto y luego volver a Israel. Es decir, José ejercía un gobierno de los competentes, de los entendidos. Porque dónde está el sacerdocio hay mayordomía y dónde hay mayordomía se ejerce un gobierno. Se hizo José el sacerdote del nazareno, el sacerdocio de los nazarenos. Todo sacerdote rompe con el espíritu de sueño, de somnolencia espiritual.
2. IMPLANTACIÓN
La segunda fase es la implantación, aquella dónde la revelación opera un cambio en el sistema y se establece. Dice Santiago 1.21: «Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas». La implantación denota hacer cambios en el sistema operativo de tu mente, crear estructuras y plataformas nuevas. ¿Qué pasa cuando estás implantado? Dejas el desamparo, dejas el deambular. Hay prófugos espirituales, personas huyendo de sus propias falencias. Pero el que está implantado prospera, reverdece, florece, se hace fuerte (Salmo 1.3). Implantado es que decide edificar en un lugar con mente de grandes estructuras. Implantado significa que uno encarna la verdad que predica y que vive. En el mundo de la ingeniería industrial cuando un sistema de producción se vuelve eficiente y tú quieres replicar su excelencia en otra parte, se hace una solicitud de implantación. Es decir, necesito el diseño de implantación para elevar el nivel de excelencia y de productividad. Hay gente que busca desarraigarte de tu visión, de tu obra. También Jesús se enfrentó a ellos en Lucas 13.31-32: «Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: *Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar*. Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, *echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra*». Implantado significa que tienes raíces en tu visión, que sabes la obra que estás edificando. Implantación significa que no me muevo de mi asignación. Estamos implantados. Revelación e implantación.
3. ACELERACIÓN
Y la última fase es aceleración. Dice Jeremías 1.11-12: «La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque *yo apresuro mi palabra para ponerla por obra*». Quien tiene revelación e implantación actúa bajo aceleración. Aceleración no es simplemente velocidad. Aceleración implica diligencia, dinamismo, violencia en el llamado y en la actuación. Jesús dijo que los violentos arrebatan el Reino. Ese arrebatar es un acto de coraje y de audacia. Actos de audacia es aceleración. Son los valores de una mente acelerada. Una mente acelerada está despierta. Un espíritu acelerado está despierto. Nehemías se aceleró y construyó el muro. Rahab se aceleró y salvó a toda su familia. Caleb se aceleró y conquistó su tierra prometida. Aceleración implica una palabra que requiere todo mi esfuerzo y toda mi energía para avanzar. En la aceleración no hay competencia. Porque tú no estás corriendo viendo la velocidad de los que están a tu lado. La aceleración tiene que ver con la palabra. Te aceleras porque vas a la velocidad de la palabra. Estás despierto porque portas la revelación, actúas en la implantación y te proyectas en la aceleración.
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