¿CÓMO SE SUPERA EL VENEZOLANO?
Por
Salvador Montoya-Escritor
Para
Mathías
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Mi abuelo paterno me ha educado de una forma muy
peculiar. Uno de sus juegos favoritos es el dominó. Asi que, cuando suelo jugar
con él, a veces, me quedo meditando sobre la jugada más correcta, más acertada.
Entonces mi abuelo Cruz se desespera. A él le gusta el juego rápido, versátil y
candente. Por eso cuando termino mi meditación y mi matemática y pongo la
pieza, mi abuelo Cruz suele decirme: “Tanto
pensar para ser burro”. Ya que mi jugada no estuvo a la altura del tiempo
que tomé para pensar. Por tanto, hay que pensar para superarse. Es
pensar para romper mentalidades de atraso y de opresiones.
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¿Cómo se supera el venezolano? El venezolano se supera con lo mejor de su pensamiento, con lo mejor de su
conciencia, con lo mejor de su cultura. Y lo mejor de su mentalidad lo
encontramos, mayormente, en cinco estaciones de su historia intelectual.
Primero el venezolano se supera con lo mejor del pensamiento
independentista-republicano. Allí a partir de 1780 a 1830 tenemos el
fluir de ideas poderosas por parte de Simón
Rodríguez, Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Juan Germán Roscio, Francisco
Javier Pirela entre muchos más. Ellos demostraron que se puede accionar con
soberanía política, con estrategia de poder. Y aunque la república adolecía de
mayores inclusiones para esclavos y mestizos, sin embargo logró la
emancipación. Es la cultura de la afirmación del ser venezolano.
Segundo, el venezolano se supera con lo mejor del pensamiento
conservador y liberal. Hubo voces
asertivas y disidentes a ese pensamiento y muchas veces quedaron
solitarias, excluidas pero su huella es indeleble en nosotros por: José María Vargas, Rafael María Baralt, Fermín
Toro, Juan Vicente González, Cecilio Acosta entre muchos más. Ellos se enfrentaron a los caudillismos,
latifundismos, guerras campesinas e imperialismos entre 1830 y hasta casi
finales del siglo XIX. No obstante, nos legaron ejemplos, historias, ficciones,
estudios, diseños republicanos para ser ciudadanos de alto nivel.
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Tercero, el venezolano se supera con lo mejor del pensamiento
positivista. A pesar que sabemos que el pensamiento positivista fue
altamente racista porque manifestaba que nuestro atraso y barbarie como pueblo
era “congénita” debido a nuestra “raza y color” y la única solución era que nos
gobernara un gendarme, un autócrata. Sin embargo, el pensamiento positivista
desde 1880 predicó el orden, la superación y las investigaciones científicas
para superar barbaries sistémicas de ignorancia y atraso por medio de Rafael Villavicencio, Adolfo Ernst, Lisandro Alvarado, José Gil
Fourtoul, Laureano Vallenilla Lanz
entre muchos otros relevantes.
Cuarto, el venezolano se supera con lo mejor del pensamiento
democrático-humanista del siglo xx. El
cerco positivista se rompe y se refuta por importantes figuras
intelectuales que lo cuestionaran luego de la muerte de Juan Vicente Gómez en
1935: Arturo Uslar Pietri, Alberto Adriani, Augusto Mijares, Mariano
Picón Salas, Mario Briceño Iragorry,
José Rafael Pocaterra. Estos
pensadores proponen la democracia como el único sustento de la sociedad
venezolana. Muchos de ellos fundan partidos políticos o se hacen aliados de
partidos y de proyectos políticos progresistas. Entonces surge el mundo bipolar entre la Rusia soviética y los Estados Unidos.
Así que nuestros pensadores y los intérpretes de nuestra historia tomaron esas
tesis para plantear desde esos focos epistémicos nuestros proyectos presentes y
futuros.
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Quinto, el venezolano se supera con lo mejor de su
pensamiento contemporáneo. Dos de los más grandes exégetas del
pensamiento ensayístico del país, Oscar
Rodríguez Ortiz y Miguel Gomes,
afirman que a partir de los años de 1960 el pensamiento nuestro obtuvo una “autonomía letrada”, significando esto
que: “lo que se debate son tanto los
avatares del saber como la trayectoria de las ideas en la interioridad
individual”. Ahora bien, ese discurso intelectual se expande cuando se articula
con el lenguaje político de corriente: marxista, socialista reformista,
desarrollismo, tecnocrático y neoliberal. Debemos tomar en cuenta que por los
años 80 hizo crack el sueño de la “Venezuela saudita” y se entró en
propuestas de la antipolítica y la execración partidista debido a la profunda
corrupción y al manejo errático de las políticas públicas. De acuerdo a Juan Nuño aquí se ha pensado desde la
fenomenología, existencialismo, historicismo hegeliano, el estructuralismo y en
las diversas vertientes filosóficas actuales con las metodologías de las
ciencias. Es decir, es un pensamiento plural y revisionista.
Después con la toma del poder por parte del proyecto
popular bolivariano y su consecuente desmadre en todos los ámbitos, el país ha
desembocado en una degradación lacerante. Así que en el pensamiento venezolano
está la redención de todos. Y este pensamiento
contemporáneo venezolano es como un álbum
de familia (Michelle Roche dixit). Allí están los diversos espectros
políticos, desde la derecha hasta la izquierda, y sus campos independientes y
escépticos. Nombremos algunos exponentes: Rodolfo
Quintero, Carlos Rangel, José Manuel Briceño Guerrero, Juan Liscano, Francisco Herrera Luque, Ludovico
Silva, Asdrúbal Baptista, Domingo Maza Zavala, Antonio Pasquali, Luis Britto García, Iraida
Vargas, Ana Teresa Torres, Juan David García Bacca, Federico Brito Figueroa, José Balza, Juan Carlos Santaella, Rafael
Cadenas, Ramón J. Velázquez, Manuel Caballero entre muchos otros
más.
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Mi abuelo Cruz ha seguido educándome a través del
dominó. Algunas veces cuando jugamos e intuye que tengo una buena mano. Y nota
que cuando pienso y actúo poniendo la pieza menos efectiva, teniendo yo otra
pieza que le haría más daño a nuestros oponentes, suele decirme: “Usted no gana porque es demasiado manso”.
Es decir, según él, yo debería jugar con mucha más astucia, con mucha más
sagacidad. Tal cual nosotros los venezolanos para poder superarnos nuestra
lucha siempre va a estar en sacar lo mejor de nuestro pensamiento
histórico sin complejidades o
mezquindades. Porque es pensar y actuar para superarnos. El
dominó de nuestro país: cómo se supera el venezolano.
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