COSAS DEMASIADO MARAVILLOSAS
-Explorando la espiritualidad del asombro-
Por Salvador Montoya*
Para ti A (ahora eres dos en mí) que me cambian la vida completamente
Exploración de ti mismo y de la profundidad. Aprendió a nadar a los diez años en una escuela. El mar le fue también
una revelación: “Desde adolescente estuve muy cerca del mar porque iba mucho
a hacer bodyboard y a la playa por simplemente estar ahí porque desde niño
siempre me llamó mucho la atención el mar”1. Pero le encantaban como ahora las lecturas de astronomía. Él
dice que en su niñez le atraían esos diversos temas cósmicos: “Mis libros de
Astronomía, los cuales leía y repasaba constantemente, ya que quise ser
astrónomo, y me la pasaba imaginándome vivir en una casa alejada de las
ciudades para observar las estrellas y el espacio con mi telescopio”2.
Sin embargo, a los catorce años se sumergió en el surf y el mar le parecía una
exploración como investigar el universo.
Y luego pasó la experiencia que le cambiaría la vida: “Escuché a unos
jóvenes en los alrededores de la piscina de la UCV hablar de sus experiencias
en Los Roques y como nadaron con mantarrayas y peces, me llamó la
atención y pregunté. Hice el curso y me di cuenta que la apnea era lo mío.
Entrené por mi cuenta y en menos de un año fui a mi primera competencia y, al
año y medio, empecé a romper los récords nacionales”3. Ya para 1998 era Carlos Coste récord nacional en apnea. La
apnea era un deporte desconocido en Venezuela pero su curiosidad lo llevó a él.
Y es una experiencia espiritual practicar apnea. Carlos Coste la sintetiza así,
él dice: “La sensación es como ser un verdadero explorador no sólo de la
profundidad del mar sino de la profundidad de tu ser…Cuando uno hace apnea uno
busca eso, en cierta forma es una exploración de ti mismo y de la profundidad y
ese privilegio en muy pocos deportes o actividades lo puede sentir el ser
humano actualmente”4. Es la exploración de la maravilla, del
asombro de la vida.
Todo está conectado. Su salto a la competición mundial fue en el año 2000. Y en Niza, Francia
el equipo venezolano de apnea quedó en tercer lugar. Hay 5 modalidades de apnea
de profundidad: el peso constante, la inmersión libre, la modalidad tope y “no limits”. Coste fue entrenando desde las más básicas a las más arriesgadas. En
el 2005 se hizo campeón mundial en la modalidad peso constante en Francia.
Alcanzó 105 metros de profundidad en 3 minutos 25 segundos. En la modalidad
Peso Constante, el apneísta se sumerge en el mar, va descendiendo, con la ayuda
de una monoaleta, al lado de una cuerda que le sirve de guía. Sólo al llegar a
la distancia que se quiere se puede tocar la cuerda, para usarla como un freno,
ahí se agarra el indicador que marca la distancia cubierta y luego se comienza a subir poco a poco. Al
llegar a la superficie, el atleta debe realizar la señal de OK, para demostrar
que está en perfecto estado. Pero en el 2006 tuvo un accidente muy tremendo en
Egipto mientras practicaba para romper otro récord de la modalidad “no limits”.
Antes ese mismo año había alcanzado el récord de modalidad peso variable al
lograr 135 metros de profundidad. Pero luego vino el momento difícil. Coste
cuenta: “El récord mundial lo tenía el austríaco Herbert Nitsch en 183
metros y cuando yo bajé hice 182, en ese entrenamiento y salí con un accidente
cerebrovascular, un stroke…Logré superarme a mí mismo después de ese accidente gracias al
apoyo de mi esposa Gaby, de mucha gente y de mi país completo que me apoyó en
aquel momento”5. Gaby es su esposa y mánager. Estuvo en cada
paso de su rehabilitación en Alemania. En el año 2010 luego de seguir
cosechando éxitos Carlos Coste pudo romper el Récord Guinness al sumergirse 150 metros en
dos minutos 32 segundos y 52 centésimas en las aguas del Cenote Dos Ojos,
estado de Quintana Roo, en la Riviera Maya, en México, categoría apnea más
larga en cueva. Por ello, Carlos Coste fusionando su pasión astronómica y su
pasión por el buceo libre afirma: “Todo está conectado, el cielo y el
espacio es un espacio infinito, esos abismos insondables siempre me han llamado
la atención desde niño”6. La maravilla se conecta con las
maravillas del cielo y de la tierra y del alma humana.
Ser un verdadero explorador. En el 2014 Carlos Coste se muda para Bonaire donde instaló una escuela de
buceo libre en la que enseña y ofrece equipos profesionales para la práctica de
la apnea en sus diferentes modalidades. Sigue practicando en competencias,
desafiándose aun sabiendo que es un récord mundial. “Quiero concentrarme
estos años en mi escuela, en desarrollar todo lo que es nuestra vida acá y
dejar ese récord de variables, no volverlo a intentar. Aunque no quiere decir
que me retiro a nivel competitivo, quiero mantenerme activo, pero no
necesariamente buscando récords mundiales”7, afirma Carlos
Coste. Su humildad es genuina. Coste fue el primer campeón mundial de
profundidad individual de la AIDA en 2005, y ha sido acreditado con dos Récords
Guinness, el primero en 2003, por convertirse en el primer ser humano en lograr
una inmersión libre de más de 100 metros, y el segundo en 2010 por realizar la
apnea más larga en una cueva (150 metros). Carlos Coste se sigue pensando como
un explorador, él asienta: “…esa es una de las cosas más bonitas, excitantes
y atractivas de este deporte: que tú tengas la oportunidad de ser un verdadero
explorador…si no existieran personas que se atrevan a ser verdaderos
exploradores, la raza humana no estaría donde está…Es un riesgo que uno asume,
un riesgo que uno disfruta y es un riesgo que uno maneja de manera lo más
respetable posible”8. Ese es el riesgo de acceder a las cosas
demasiado maravillosas y permanecer en ese territorio de asombro.
Explorar maravillas exige romper con
lo baldío y con lo superficial. Pére
Estupinyá, en su libro El ladrón de cerebros, cuenta que estaba encantado observando el océano en un lugar de la Península de
Zapata, cerca de Playa Girón en Cuba. Todo el paisaje
era edílico. Entonces Antonio le ofrece unas gafas para bucear. Sin embargo, él
rechaza la propuesta. Se sentía muy absorto por la vista. Pero Antonio insiste
hasta convencerlo. Cuando se pone las gafas sin grandes expectativas y comienza
a adentrarse en el mar divisó las maravillas: corales preciosos, peces de
diversos colores, maravillas poderosas, era un espectáculo inesperado.
Estupinyá afirma: “¿Cómo podía tener esa maravilla tan cerca y no ser
consciente de ello? ¿Cómo podía haber estado a punto de perdérmela?...Cuando
dirigí de nuevo la mirada al océano continuaba siendo precioso, pero ya no
podía conformarme en observar solo su superficie”9. Estupinyá
decidió que no podía quedarse en la superficie de las cosas marítimas, en lo efímero de las verdades
humanas. Es muy común la actitud de conformarnos con lo que somos y con lo que
hemos explorado de la vida. Por ello Estupinyá proclama con toda convicción:
Esta experiencia refleja
el mismo entusiasmo que siento por la ciencia. Para mí, la ciencia son las
gafas que nos permiten escudriñar en la estructura del universo, descubrir el
mundo microscópico, explorar el interior del cerebro humano, comprender nuestro
comportamiento, y disfrutar de toda la complejidad y esplendor que oculta la
naturaleza. Sin la ciencia, ni siquiera seríamos conscientes de la existencia
de tales tesoros10.
La actitud para explorar maravillas exige de nuestro espíritu romper con
las estructuras asfixiantes, con la dejadez, con la cerrazón mental. Usemos las gafas de la
lucidez, del hambre y de la sed por cosas extraordinarias.
Explorar maravillas acelera tu propósito en la vida. Jorge Luis Borges planteó este tipo de actitud en su cuento inmenso Undr. Allí nos narra la existencia y la travesía de una
persona que quiere descubrir la palabra que sintetiza el universo. El personaje
principal tiene una existencia poética pero luego es atrapado por la violencia de la
vida, por la muerte que le acecha, por los desafíos de los tiempos históricos,
por las cargas pesadas del alma de los hombres. Al final de su vida vuelve a
encontrarse con su amigo quien le salvó una vez la vida.
Su amigo yace en el lecho de muerte y le pregunta sobre su travesía. Le pide que le
narre todo lo que hizo. Luego de escucharlo pacientemente le hace la pregunta
certera, que si había amado a alguna mujer. Su amigo le responde
afirmativamente. Luego su amigo moribundo pregunta: “¿Y qué te dio la mujer que
amaste?”. El otro responde: “Me lo dio todo”. Entonces el amigo que está a
punto de morir le dice: “A todos la vida les da todo, pero los más lo
ignoran”11. Cuando decides explorar la vida que deseas vivir
encuentras aceleración en tus talentos, en tus conexiones y en tus riquezas.
Por eso el cuento de Borges termina cuando el amigo ya partiendo de la tierra
le dice al otro que ha explorado la vida, entonces que ya conoce la
palabra que es la suma de la existencia y del universo: Undr (maravilla).
Explorar maravillas manifiesta tu verdadera identidad. El portugués José Saramago, Premio Nobel de la Literatura, en su relato La isla
desconocida, describe la
osadía de un explorador a quien se le habían cerrado todas las puertas para
emprender su odisea. Saramago nos detalla el sufrimiento del explorador para ir al palacio del rey y hacer una cola inmensa y así
lograr su pedido. La corrupción y la burocracia establecida no le desanimaron. De
hecho pudo también conocer a la limpiadora del palacio quien después lo
ayudaría. Cuando por fin llega su turno le preguntan cuál era su petición. Y él
responde con seguridad y orgullo: “Quiero un barco”. Entonces se burlan de él,
hacen sarcasmos con su petición. El rey le dice que ya no hay islas por
conquistar, ya que todas las han descubierto. Pero el explorador insiste:
“Quiero un barco”. Extenuado por la terquedad del explorador, el rey ordena que
le den el barco al hombre. La limpiadora del palacio desde el principio le
llamó la atención el propósito de este explorador y le dice que quiere
acompañarlo en su travesía pero que ella sabe que no hay islas por conquistar.
Entonces el explorador le dice la frase que manifiesta su verdadera identidad:
“Si no sales de ti, no llegas a saber quién eres”12. En un
mundo globalizado con un potente sistema de publicidad y mercadeo, a veces las
personas se vuelven copias de imágenes vacías, carentes de fuerza y genuina
belleza. Por ello, Saramago reflexiona y nos invita a manifestar los poderes
creativos y hermosos que sólo son sacados a la luz
cuando tomamos la decisión de explorar las maravillas del amor y de nuestro
corazón.
Explorar maravillas integra nuestra historia a toda la historia. El filósofo Platón, en su diálogo Teeteto, sostiene que: “Ese sentido del asombro es lo típico del filósofo. Este y
no otro, efectivamente es el origen de la filosofía”13. Más
adelante su discípulo Aristóteles reafirma, en su obra Metafísica, que: “Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar
movidos por el asombro”14. En otra traducción se dice: “Los hombres
llegaron precisamente por el asombro, tanto antes como ahora, a la filosofía”15. En otras
palabras, aprender a ser en el mundo, en la vida depende de cuánto estemos
tocados por el asombro. Las personas ausentes de asombro comienzan a vivir como seres anodinos,
anclados en un pasado esclerótico o viven un presentismo líquido, frío y sin cultivo de fraternidad y de
trascendencia. Como diserta Vintila Horia en su libro magnífico Viaje a los
centros de la tierra:
Si la Historia tiene un
fin, este fin es precisamente una conjunción en el más allá con las realidades
últimas. Este sentido último es el único que puede dar sentido verdadero a
todas las realidades parciales de las que se ocupan las ciencias exactas, a no
ser que se niegue simplemente la existencia de estas realidades últimas: la
existencia post mortem, el juicio de Dios, la
eternidad feliz o desgraciada, y se intente resolver el problema del sentido de
la vida dentro de los límites de la existencia finita y temporal, prescindiendo
de si existe o no un más allá. Lo que es cierto es que, en cualquier caso, la
vida terrena ha de vivirse como si tuviese sentido16.
Vivir integrado a la historia humana. Y explorar las verdades que sanan el
corazón, que nos manifiestan que dentro de nosotros están los grandes tesoros
que buscamos. Como acertó Salomón al decir: “Dios puso eternidad en el
corazón del hombre”. Moisés propuso una respuesta para el tiempo tan corto
que vivíamos: “Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al
corazón sabiduría”. Es el aprendizaje de un explorador: tomar sus días, su
tiempo humano e insertarlo en el gran río de la sabiduría de la historia
total.
Explorar maravillas desarrolla una
espiritualidad integral y divergente. El gran sacerdote Seraphim Sigrist plantea en su libro audaz Teología de la
maravilla (1999) la vida direccionada por beber de las fuentes de las maravillas para poder
conocer a Dios y disfrutar la vida. Pero no es una teología de conceptos
polares sino sumergirse en las prácticas que elevan nuestro espíritu desde lo
más cotidiano hasta las actividades más complejas. Jesús de Nazaret impartió
tal camino de enseñanza cuando tenía un banquete, cuando iba caminando, cuando tenía sed al lado de un
pozo, cuando hacía una travesía por el mar, cuando preparaba pan y pescado para
sus discípulos, cuando abrazaba a los niños, cuando visitaba a sus amigos. No es solo estar
en la iglesia. Así es la teología de la maravilla: desarrolla la espiritualidad en el todo
de la vida. El rabino ejemplar Abraham Joshua Heschel lo describió con
profundidad y sencillez a la vez: “Nuestra meta será vivir la vida en un
asombro radical…levantarse en la mañana y mirar al mundo en una manera que nada
se tome por garantía. Todo es fenomenal; todo es increíble; nunca trates a la
vida casualmente. Ser espiritual es estar asombrado”17. En el cine de
Terrence Malick se nos adentra el alma por todas esas dimensiones diarias de
luz y de violencia que normalmente tomamos por garantía pero allí están grandes
espacios espirituales y de milagros: caminar de la mano con quien amas, comer
juntos, escuchar el latido del corazón de un bebé, la disciplina en la casa, la
limpieza, el uso del lenguaje, observar el paisaje, sentir los rayos del sol. Su película El árbol de la
vida es un ejemplo de la lucha espiritual por ser asombrados o por vivir
cosificados. Uno de sus personajes al principio del film dice un monólogo aleccionador
sobre la vida en busca de asombro:
Las monjas nos enseñaron
que hay dos caminos en la vida: el camino de la naturaleza o del instinto y el
camino de la gracia o de lo divino. Tienes que elegir cuál seguir. La
gracia no intenta satisfacerse a sí misma, acepta ser desairada, olvidada,
despreciada. Acepta insultos y heridas. El instinto sólo quiere satisfacerse a
sí mismo, hace que otros también lo satisfagan. Le gusta ser arrogante ante
otros, salirse con la suya. Encuentra razones para ser infeliz cuando todo el
mundo brilla a su alrededor y el amor está sonriendo sobre todas las cosas.
Ellas nos enseñaron que nadie que ame el camino de la gracia será
desafortunado. Yo te seré fiel no importa lo que suceda18.
Explorar maravillas conecta el cielo con la tierra a
diario. El escritor y artista Jack Haas, en su
texto interesante The way of Wonder (2002), descubre la sabiduría de los grandes sabios mundiales y emprende una
búsqueda colectiva de maravilla y asombro. Y lo más
importante es el despojarse de lo ya establecido, del peso de las tradiciones
erráticas y tener el valor para cultivar nuestra identidad vinculada con lo
asombroso. Por su parte la escritora Esther de Waal escribió hace
años un librito titulado Invitación al asombro (2003) donde plantea lo relevante que es
mantener el espíritu despierto y activo en la grandeza del asombro: agradecer,
darse, forjar el alma como un altar de lo divino. Estas ideas magistrales de vida las trenzó Van Gogh
para su existencia y para su pintura, él dijo: “Un hombre tiene un gran
fuego en el alma y nadie se acerca para calentarse, y los que pasan, ven un
poco de humo en la chimenea, y pasan de largo.
Siendo así, ¿debo alimentar ese fuego interior y esperar pacientemente, pero
con impaciencia, la hora en que alguien quiera venir a vivir allí? ¿Y qué puedo
saber yo? Quien tenga fe en Dios que espere la hora, porque tarde o temprano
llegará”19. Y luego puntualizaba la
especificidad del mandato de aquel fuego: “Inconscientemente pienso que la
mejor forma de conocer a Dios es el amor; siempre que esté amando a alguien
estaré en el camino de la sabiduría. Pero es necesario amar desde el interior,
con sinceridad y con inteligencia para poder saber cada vez más. Esto nos lleva
hacia Dios y hacia la fe infinita”20. Mantenerse en la
dimensión del asombro es captar los momentos que nos conectan con la eternidad:
la familia, el amor, la belleza, la naturaleza, la amistad, el arte, el
servicio. Que otros cuenten la vida por sus dólares, por sus cosas, por sus
doctrinas de hombres pero el asombro es tener la savia del corazón divino en tu
día a día.
Explorar maravillas transforma tu manera de pensar y tu
manera de vivir. El excepcional
comunicador y escritor Rob Bell interpreta en su cortometraje Redescubriendo
la maravilla21 la actitud
adecuada para vivir bajo la dimensión de la espiritualidad del asombro. Bell
indica que es preciso tomar como guía el pensamiento de Jesús de Nazaret de ser
como niños. Con vehemencia demuestra Bell que: “Ser como un niño es muy
diferente a ser infantil. Ser infantil es esencialmente una postura del
corazón, una dureza, una resistencia a todo aquello con lo que no estás
completamente familiarizado. Ser infantil es pararte en
tus dos pies, cruzar los brazos, el cinismo de que “no hay nada nuevo aquí”.
Como un niño, es cuando estás abierto a la maravilla y al asombro que nos rodea
en cada momento del día”. Allí están
los códigos que desatan una vida llena de asombro. Eso produce una
transformación radical de tu manera de pensar y de tu manera de vivir. El
escritor multifacético venezolano Luis Britto García analiza estas verdades
desde los paradigmas que se han aplicado en la historia de las naciones
latinoamericanas. Britto García diserta en su ensayo
revelador Mística española y naturaleza americana22 como la mística (búsqueda de maravillas y asombro) adopta las modalidades
de las sucesivas tendencias culturales dominantes en América Latina. La
ilustración aunque de boca atea, sin embargo a través de la naturaleza y su
estudio rinde adoración a Dios. La naturaleza americana para el romántico es
sublime y terrible como Dios, produce criaturas inocentes: indígenas, campesinos, copleros. El positivismo
denigra esos ámbitos como lugares de barbarie y atraso pero en esa naturaleza
indecible hay poesía y belleza. En cuanto al modernista descubre en la selva la
imagen de lo sagrado.
Apunta Britto García que tal encuentro con la espiritualidad del asombro también se da en un
peregrinaje. En tales travesías el alma se encuentra con
las maravillas, como el recorrer de un río llegas a la fuente de la vida,
remontas los abismos y los tiempos. Y de esa forma modificas no sólo el
presente y el futuro sino que tu pasado se libera y eres renacido
a la esperanza. Quedas desnudo de historia pero para emprender mundos nuevos,
innovaciones, revelaciones, vivencias inéditas. Con la incorporación de la
novela urbana ya se hace anacrónica las sagas de la naturaleza pero aparecen
dos avatares del asombro: lo fantástico y lo maravilloso, que están marcados por dos signos
espirituales: el prodigio y la presencia de Dios. Por ejemplo, en Jorge Luis
Borges está el afán de la comprensión de la totalidad, la revelación del
universo, entre otras cosas. Está García Márquez con los prodigios en sus
textos narrativos. ¿Qué nos queda de todo este recorrido expuesto por Britto
García? Que toda la sociedad aun en su literatura más agnóstica o atea tiene hambre
de asombro y de maravillas. Y por ello tal deseo intrínseco produce cambios
paradigmáticos en la civilización. Sin asombro no hay civilización, no hay
espiritualidad. Dime tus asombros y te diré quién eres. Como aquel viejo
poema de los años sesenta hecho famoso por el Rev. Jesse Jackson Yo soy alguien: “Yo soy/alguien/Yo soy/alguien/Puedo ser pobre/pero yo soy/alguien/Puedo
ser joven/pero yo soy/alguien/Puedo estar subsidiado/ pero yo soy/alguien/Puedo
cometer un error/pero yo soy/alguien/Mi ropa es diferente/Mi rostro es
diferente/Mi cabello es diferente/pero yo soy/alguien/Soy negro/moreno/blanco/Hablo
un idioma distinto/pero yo debo ser respetado/protegido/nunca rechazado/Yo soy
un hijo de Dios/yo soy alguien”23. El asombro de asumir tu
verdadera identidad. ¿Cómo lo logramos?
Ser nervadura del asombro. Así lo describe el poeta
profundo venezolano Rafael Cadenas en su libro de poesía laureado Gestiones: “Pues nunca dejé de ser nervadura del asombro…”24. Ser
nervadura del asombro es captar la belleza de una conversación con tus amigos,
entrar en el gozo de disfrutar del tiempo, abrazar a tus seres queridos, servir
a tu comunidad, orar, correr, escuchar música, compartir pan y vino.
Practicar el arte de las
inmensas preguntas celestes. Así lo describe el poeta peruano Antonio Cisneros a
las preguntas de la vida: las inmensas preguntas celestes. Dice Job después de
preguntarse tantas cosas por el sufrimiento y las cuitas que soportó: “¿Quién es el que oscurece el consejo sin
entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado
maravillosas para mí, que yo no comprendía” (Job 42.3). Job practicó el
arte de las inmensas preguntas celestiales. También el salmista David practicó
ese arte y dijo: “Tal conocimiento es
demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender” (Salmo
139.6). Tanto Job como David no pretendían al decir esto que buscar el asombro,
tratar de entender la vida y conocer a Dios eran actos y proyectos imposibles.
Más bien querían decir: lo maravilloso se persigue preguntando aunque a veces
las respuestas van más allá de esta vida.
Mostrar con la vida una
cósmica gratitud. Así lo afirma el poeta Jorge Luis Borges: “…el mero hecho de ser es tan prodigioso que
ninguna desventura debe eximirnos de una suerte de cósmica gratitud”. Es
verdad que la vida tiene aflicciones, sufrimientos, desventuras, decepciones.
Sin embargo, la vida es prodigiosa en ti: avívala, afírmala, báilala, gózala,
desafíala. Mantén espíritu de superación y de audacia. Sé agradecido. Como decía
el cantautor argentino Gustavo Cerati: Gracias Totales. Como
afirma Frederick Buechner también: “Escucha
tu vida. Mírala por el misterio insondable que es. En el aburrimiento y el
dolor no menos que en la emoción y la alegría: Tócala, saboréala, olfatea tu
camino hacia el corazón santo y escondido de la misma, porque en última
instancia todos los momentos son momentos clave, y la vida misma es gracia”.
Vive el misterio, vive el asombro.
NOTAS
1.
Teresa Broggi, El profundo
Carlos Coste (entrevista), Revista
Paréntesis-Diario El Carabobeño, 2007. Disponible en: http://talentovenezolano.blogspot.com/2007/10/el-profundo-carlos-coste.html[Consulta:
28/07/2016]
2.
Culturizando, Entrevista con:
Carlos Coste, 2012. Disponible en: http://culturizando.com/entrevista-con-carlos-coste/ [Consulta:
28/07/2016]
3.
Lleny Martínez, Carlos Coste:
venezolano a puro pulmón, 2006.
Disponible en http://liderazgoymercadeo.com/historiasexito_ccoste.asp [Consulta:
28/07/2016]
4.
BBC Mundo, Carlos Coste,
apneísta, 2015. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150806_venezuela_carlos_coste_campeon_apnea_bd [Consulta:
28/07/2016]
5.
BBC Mundo, ibíd.
6.
Globovisión, Carlos Coste,
entrevista en Globovisión, 2012.
Disponible en: http://subvitur.com/2012/09/01/carlos-coste-entrevista-en-globovision/ [Consulta:
28/07/2016]
7.
El Universal, Carlos Coste, 2015. Disponible en: http://www.eluniversal.com/noticias/deportes/carlos-coste-radico-bonaire-por-diferencias-con-gobierno_56770[Consulta:
28/07/2016]
8.
BBC Mundo, ibíd.
9.
Pére Estupinyá, El ladrón de
cerebros, Barcelona, Random House
Mondadori, 2010, p. 19
10.
Ibíd., p. 20
11.
Jorge Luis
Borges, El libro de arena, Buenos Aires, Alianza/Amecé, 1977, p. 68
12.
José Saramago, La isla
desconocida, 1998.
13.
Platón, Teeteto, 158d.
14.
Aristóteles, Metafísica, A2, 982b12.
15.
Aristóteles, Metafísica, A2, 982b12 sss.
16.
Vintila Horia, Viaje a los
centros de la tierra, Barcelona,
Ediciones de Nuevo Arte Thor, 1987, p. 102
17.
Abraham
Joshua Heschel, Man is not alone, New York, Jewish Publication Society, 1951, p. 11 (Traducción personal)
18.
Terrence Malick, El árbol de la
vida (2011). Traducción
personal.
19.
Vincent Van
Gogh, Cartas a Theo, Caracas, Alfadil
Ediciones, 1993, p. 28
20.
Ibíd., p. 29
21.
Rob Bell, Redescubriendo
la maravilla, 2016. Traducción
personal.
22.
Luis Britto
García, Por los signos de los signos, Caracas, Monte Ávila Editores, 2006, pp. 15-23
23.
Jesse
Jackson, I am somebody (Traducción
personal).
24.
Rafael Cadenas, Gestiones, Mérida, Ediciones Actual, 2011, p. 7
Comentarios
Publicar un comentario